Nostalgia del blog

Pasé por acá solo por nostalgia.

Me desperté con Google recordándome que era su cumpleaños 18, y ví algunas notas sobre qué hacíamos antes de que existiera.

Traté de ir hacia atrás, recordar un poco, y a medio camino me encontré con los blogs.

Cuántas horas invertidas en diseños, gadgets, textos, títulos, fotos, intentos de innovaciones. 

Hasta que vinieron las redes sociales y nos arrasaron.

La blogósfera. Parecía un mundo de Julio Verne ese nombre. También fue historia.

Cuando pienso en algo artesanal, pienso en un blog. Algo hecho con paciencia, lejos del ruido y el vértigo de las redes. 

No estaría mal volver a encontrar esa pausa de escribir algo, releerlo, corregirlo y luego tímidamente compartirlo. No esos escupitajos con los que a veces nos cruzamos en las redes, a las que no rechazo, para nada, pero trato de diferenciar entre el clima de uno y otro espacio.

Lo hago desde la nostalgia, claro. Muchas veces me dije en los últimos años: voy a volver al blog. Y acá estamos, pero muy de paso. No creo poder hacerme el tiempo, las ganas, las ideas para retomarlo como costumbre.

Por ahora lo dejamos acá. Escrito en este post sin compartirlo en Twitter o Facebook. 

Si llegaste a leerlo, ¿habrá tenido algo que ver la nostaglia?