
Que los tragamonedas le hecen daño a la sociedad y su economía no es novedad.
Los únicos que no se enteraron o nos les intere$a hacerlo son los que autorizan este flagelo legal que destruye familias, empresas, amistades y vidas enteras. Para una muestra más de lo que provocan, vale leer
esta nota que escribió Laura Ferrero para
La Voz del Interior. Fue un caso ocurrido en San Francisco, pero con una familia de Villa María.
¿Cuánto de esto -o tal vez peor- estará ocurriendo en Villa María? Hasta la iglesia católica, dice
Clarín,
ya está alarmada por la cantidad de plata que se llevan estos aparatitos al agujero negro que se forma cuando se juntan la política y los negocios. Pero el laico Gobierno de Córdoba gasta más de 9 millones para hacer
un nuevo casino en Corral de Bustos, como se publicó en
El Diario, y las escuelas se nos caen a pedazos.
Clarita la estafa, decía un amigo mío.
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