Son las 6.100 hectáreas incorporadas al nuevo ejido urbano, en las que nunca pasó un regador, no hay una columna de luz, no les cortan los yuyos y mucho menos les recogen los residuos. Es más, todo esto lo hacen ellos mismos. Pero para el municipio esto no es importante y, si están dentro del ejido, se tienen que poner.
(Foto: Lucrecia Valinotti para La Voz del Interior)
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