
Con la llegada de Juan Schiaretti a la Casa de Tejas, el retrato del gobernador cambió de rostro y hubo que descolgar uno para poner el otro. ¿Qué habrá sido de cada uno de aquellos cuadritos omnipresentes delasotistas? En un municipio donde el ex gobernador siempre fue muy bien recibido, a pocos kilómetros de Villa María, no se resignan a deshacerse de él. Pero está claro que ya no es lo mismo y, como la Biblia de Discépolo, fue a parar al lado del calefón. ¿Volverá alguna vez a los despachos principales? ¿O seguirá camino hacia algún rincón más lejano?
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