Cerré mis redes sociales personales. Todas se quedaron en privado, sin foto ni perfil. Sólo uso las cuentas para las que trabajo, no las mía.
Me fui de todos los grupos de Whatsapp que no tuvieran que ver directamente con el trabajo.
Todo esto me hizo bien. No me alejó de ninguna persona importante ni me hizo perder oportunidades.
Vivía capturado por la ansiedad. Me liberé de eso. Lo bien que estoy ahora.